En balance Volumen 16

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Principales hallazgos

Los establecimientos industriales de América del Norte registraron emisiones y transferencias de contaminantes por un total de 5,294,180,684 kilogramos (kg) en 2018, lo que significa un aumento de alrededor de 3% con respecto al volumen registrado en 2014. Las instalaciones de Estados Unidos, que superaron ampliamente en número a las de los otros dos países, representaron alrededor del 63% del monto total registrado cada año, en tanto que las instalaciones canadienses dieron cuenta de casi 36% del total. Si bien menos del 1% del total de América del Norte corresponde a México, las cantidades registradas por los establecimientos en este país aumentaron casi 74% entre 2014 y 2018, en gran medida debido a un cambio en los requisitos de registro del RETC en 2014 que supuso una expansión a 200 contaminantes en la lista de sustancias sujetas a la presentación de informes. Como resultado, el número de plantas industriales que declararon en México aumentó en 25%, con 26 nuevas sustancias registradas durante este periodo.

Casi dos tercios del total de las emisiones y transferencias registradas para América del Norte entre 2014 y 2018 corresponden a dos categorías en conjunto: emisiones o disposición al suelo en sitio y transferencias fuera de sitio para reciclaje, en tanto que las emisiones en sitio al aire y al agua aportaron entre 7 y 4 por ciento, respectivamente. En conjunto, quince sectores industriales sumaron aproximadamente 80% del total regional, y el sector de minería de minerales metálicos por sí solo dio cuenta de alrededor de un tercio. Otras industrias con mayores volúmenes registrados incluyeron la industria básica del hierro y del acero, la fabricación de productos químicos básicos, la extracción de petróleo y gas, y el manejo de residuos.

En lo concerniente a los contaminantes (o grupos de contaminantes) notificados por las instalaciones de América del Norte durante el periodo de estudio, cabe observar que aproximadamente 88% de las emisiones y transferencias totales cada año corresponden a tan sólo veinte sustancias de entre un total de 538 registradas. Cinco de estos contaminantes (compuestos de zinc, manganeso, plomo y cobre, junto con ácido nítrico y compuestos nitrados) representaron, en conjunto, alrededor de 45% de los totales anuales. Algunos se transfirieron a través de las fronteras nacionales durante el periodo en cuestión. De los casi 200 millones de kg objeto de transferencia transfronteriza cada año, al menos 75% correspondió a transferencias de ácido sulfúrico desde instalaciones canadienses de fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón hacia Estados Unidos, para su reciclaje.

El análisis especial de las transferencias fuera de sitio para disposición final muestra que, de 2014 a 2018, los establecimientos de América del Norte transfirieron aproximadamente 335 millones de kg de contaminantes para eliminación o disposición final cada año, lo que representa alrededor del 6% de las emisiones y transferencias anuales totales. En México, sin embargo, las transferencias para disposición final representaron una mayor proporción del total, sumando el 12% en 2014 y aumentando a 34% en 2018. El número de establecimientos que dieron cuenta de dichas transferencias se mantuvo bastante constante durante este periodo, con alrededor de 11,000 en total.

La categoría “transferencias fuera de sitio para disposición final” de En balance abarca una amplia variedad de prácticas empleadas por las plantas industriales de América del Norte y representa el mejor intento de armonizar los campos de registro, la terminología y las definiciones de tres sistemas RETC diferentes entre sí, a fin de obtener el panorama con mayor grado de comparabilidad de las transferencias para disposición final en la región. Ahora bien, se recuerda al lector que la terminología utilizada en este informe es exclusiva de En balance y que las disimilitudes entre los RETC de los tres países tienen un impacto en nuestra comprensión de los datos.

De las seis categorías de transferencias fuera de sitio para disposición final, las transferencias a rellenos sanitarios o embalses superficiales dieron cuenta de alrededor de 155 millones de kg, o 46% del total en 2018 (una disminución de alrededor de 15% con respecto a 2014). Las transferencias para inyección subterránea representaron del 17 a 20 por ciento de los totales anuales, seguidas de las transferencias para estabilización o tratamiento previo a la disposición final (que aumentó 30% durante este periodo). Las transferencias para “otro tipo de disposición final (desconocida)” ocuparon el cuarto lugar, con entre 24 millones y casi 35 millones de kg cada año. Las transferencias para aplicación en suelos (que aumentaron en más de 40% durante este periodo) quedaron en quinto lugar, seguidas solamente por las transferencias para almacenamiento previo a la disposición final, en último lugar.

Aproximadamente diez sectores industriales, incluidos la minería de minerales metálicos, la industria básica del hierro y del acero, la fabricación de productos químicos básicos, la extracción de petróleo y gas, y el manejo residuos, contribuyeron con al menos dos tercios de las transferencias para disposición final cada año. De manera similar, diez contaminantes (o grupos de contaminantes), incluidos zinc, manganeso, plomo y cobre (y sus compuestos), al igual que ácido nítrico y compuestos nitrados, representaron alrededor de dos tercios de los totales anuales.

Este análisis proporciona ejemplos recientes de los riesgos asociados con las prácticas de gestión de contaminantes de las instalaciones industriales de América del Norte y destaca tanto la importancia como la dificultad de su rastreo desde el punto de origen hasta su eliminación o disposición final. Los desafíos se relacionan con las principales diferencias en la terminología y las respectivas definiciones de los tres programas, así como las lagunas en los detalles proporcionados por los establecimientos, particularmente en los registros correspondientes a la categoría “otro tipo de disposición final” y a transferencias transfronterizas de contaminantes. En algunos casos, la responsabilidad compartida en cuanto a la implementación de la normativa aplicable y el monitoreo de ciertos tipos de residuos indica la necesidad de una mayor coordinación entre las dependencias y la importancia del acceso a información más completa sobre el manejo de los contaminantes, con especificación de las instalaciones receptoras.

Además de brindar ejemplos de iniciativas emprendidas por empresas en América del Norte y en todo el mundo, el examen de alternativas a la generación y eliminación de contaminantes industriales muestra que los programas RETC pueden servir como herramientas importantes para apoyar la producción sostenible y minimizar la generación de residuos: por ejemplo, exigiendo un mayor nivel de detalle respecto a los esfuerzos de prevención de la contaminación por parte de las plantas industriales sujetas a registro, información que a su vez podría ser utilizada por la industria y los gobiernos para comprender mejor las necesidades y los desafíos que enfrentan los establecimientos en toda la región.

El presente informe también destaca la necesidad de abordar lagunas en la información que afectan nuestra capacidad para rastrear los contaminantes industriales en toda la región. Entre las causas de tales vacíos y omisiones en los datos se incluyen las diferencias en los requisitos de registro de los tres RETC nacionales para ciertas prácticas de disposición final y para algunos de los principales[1] sectores y contaminantes asociados (por ejemplo, extracción de petróleo y gas, y plantas de tratamiento de aguas residuales; compuestos de zinc, bario y manganeso), así como también las deficiencias en la calidad de los datos (por ejemplo, el registro de códigos sectoriales de clasificación industrial erróneos). A través de la colaboración continua con los tres programas RETC, la CCA está trabajando para abordar estos problemas y, con ello, mejorar el acceso y la comprensión de los datos y la información de los registros de emisiones y transferencias de contaminantes en toda la región.

[1] El uso del término “principal” en este informe se refiere a aquellas instalaciones, sectores o contaminantes con los volúmenes o cantidades más altas de emisiones y transferencias, según lo registrado en los respectivos RETC nacionales. Se recuerda a los lectores que los datos RETC de América del Norte no cubren todas las instalaciones, sectores y contaminantes de la región.

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Comisión para la cooperación ambiental

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