Paso 1: Armonización de valores

Antes de adentrarse en la fase de prediseño, los proyectos integrales comienzan con una reunión de arranque para identificar los valores del proyecto. Esta reunión puede durar varias horas o varios días, dependiendo del tamaño y la complejidad del proyecto, pero es preciso que los integrantes del equipo reflexionen en torno a los valores que sustentan el proyecto, logren un consenso al respecto y acuerden apegarse a ellos. Esto representa un primer paso para sentar bases comunes en las que el proyecto descansará y crear las relaciones de trabajo sólidas que serán necesarias (véase la gráfica 2). A partir de este entendimiento, el equipo puede empezar a colaborar, negociar un contrato y comunicar el proyecto de manera eficaz.

Preguntas a plantearse:
(7group y Bill Reed, 2009)

  1. ¿Qué es lo que se intenta lograr con la construcción de este proyecto?
  2. Una vez que la edificación esté construida y ocupada, ¿qué es lo que definirá el éxito? ¿Qué se habrá logrado?
  3. ¿De qué manera continuará el proyecto evolucionando y contribuyendo a la comunidad y a su entorno?

 

Gráfica 2: Una reunión de arranque permite integrar a los elementos del equipo encargados de las diferentes fases del proyecto

 

Los resultados de una reunión de arranque bien llevada suponen lo siguiente:

  • Es más probable que un proyecto motivado por valores resulte en una edificación sustentable porque la salud humana y el bienestar ecológico son temas que preocupan a casi todo el mundo.
  • El análisis de los valores ayudará a los participantes a considerar los efectos más generalizados del proyecto, ampliando así sus posibilidades.
  • Los valores abordan el “porqué” del proyecto, lo que ayuda a liberar la aspiración y la creatividad; lo excepcional se vuelve posible.
  • El ejercicio de formular una declaración de los valores comunes crea una base que facilita la toma conjunta de decisiones y también genera confianza, que es esencial para una colaboración efectiva.

Importante

La armonización de valores y el consenso en torno a ellos se facilitarán si los participantes cuentan con la confianza plena de sus organizaciones y pueden hablar en nombre de éstas. Si un individuo se compromete con un conjunto de valores, pero los altos directivos descartan el compromiso como mera buena voluntad, entonces las tensiones pueden empezar a crecer cuando se le pida al integrante del equipo que actúe de acuerdo con esos valores.

“Si bien la energía es importante, cada vez me interesa más la posibilidad de considerar que la salud y el bienestar del todo (la gente y el lugar) constituyen el propósito fundamental, asumiendo que los demás objetivos devienen indicadores para evaluar su logro.” Jennifer Cutbill, pasante de arquitectura, DIALOG