Paso 2: Armonización de metas y objetivos

En un proceso de diseño y ejecución integrales de un proyecto, los miembros del equipo definen conjuntamente los resultados deseados y colaboran a fin de establecer metas comunes de desempeño, las cuales han de reflejar el carácter integrado y el potencial evolutivo del proyecto. Dicho de otro modo, aun si los objetivos convencionales son diferentes para cada integrante de un equipo, los objetivos integrales son comunes y se centran en el proyecto.

Una forma de impulsar el proceso de definición de metas y objetivos es mediante la “dinámica de la piedra angular” (touchstone exercise) descrita en The Integrative Design Guide to Green Building [Guía de diseño integrador para la edificación sustentable] (7group y Bill Reed, 2009). Cada integrante del equipo responde a la misma pregunta: ¿cuáles son los temas clave que debe abordar este proyecto?; luego se discuten los temas propuestos y se les clasifica por orden de importancia, para finalmente seleccionar los que se adoptarán para el proyecto, sea por consenso o por votación. La secuencia es como sigue:

  1. Los propietarios llegan con ciertas necesidades y aspiraciones.
  2. Las aportaciones del equipo enriquecen aquellas basadas en valores comunes.
  3. El equipo traduce conjuntamente las necesidades específicas a objetivos específicos y medibles.

Los resultados de la “dinámica de la piedra angular” pueden utilizarse para establecer el orden de prioridad de las metas de desempeño, y también como base para elaborar un documento en el que se enuncien las exigencias del propietario del proyecto por lo que respecta a requisitos funcionales del proyecto y expectativas en cuanto a la manera en que se usará y operará el inmueble una vez terminado. Tales metas y requisitos servirán, a su vez, para redactar un documento en el que se enuncien los principios básicos del diseño y se describa, en términos generales, cómo se lograrán los objetivos del proyecto. Asimismo, las metas y objetivos establecidos pueden documentarse en los estatutos del equipo de proyecto, en las condiciones de satisfacción, o bien en convenios en torno a los objetivos del proyecto.

Ventajas de la armonización de metas y objetivos (Wilson, 2014):

  • Todos los integrantes de un equipo pasan juntos por la misma curva de aprendizaje al inicio del proyecto (véase la gráfica 3).
  • El equipo y el proyecto mismo avanzan de manera mucho más rápida y eficiente, toda vez que disminuye el riesgo de malentendidos y tropezones.
  • Los integrantes del equipo pueden evaluar si realmente tienen la capacidad para ejecutar lo que se espera de cada cual, en lugar de comenzar y luego darse cuenta —quizá demasiado tarde— de posibles carencias en cuanto a experiencia, competencia y conocimientos necesarios.
  • El propietario se sentirá en control y contento.
  • El arquitecto evitará tener que volver a elaborar los planos.

 

Gráfica 3: Comprensión común en torno al proyecto por los diferentes integrantes del equipo responsable a lo largo del proceso