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Boletín

Celebramos 25 años de esfuerzos trilaterales en favor de la conservación de la mariposa monarca

A finales de 1997, la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) convocó a la primera Reunión de América del Norte sobre la Mariposa Monarca, conferencia celebrada en Morelia, Michoacán, México, del 10 al 14 de noviembre de ese año. El evento contó con la participación de un amplio abanico de más de 300 representantes tanto gubernamentales como de organizaciones sin vinculación gubernamental (ONG), la esfera académica y comunidades indígenas y rurales (campesinos y productores locales), entre otros, reunidos con el propósito de identificar y abordar cuestiones y acciones prioritarias para la conservación de la mariposa monarca (Danaus plexippus). Con la ambiciosa meta de “establecer una agenda de América del Norte para la conservación de la mariposa monarca”, la conferencia trazó el camino hacia una estrategia multidisciplinaria y subcontinental orientada a proteger a la emblemática especie.

Mientras que otras conferencias internacionales celebradas en los años ochenta se habían centrado sobre todo en la biología de la mariposa, el encuentro organizado por la CCA supuso un paso decisivo hacia la adopción de un enfoque más integral para la conservación de la monarca. Los organizadores extendieron invitaciones especiales a actores e interesados directos a los que a menudo se había dejado al margen: en particular, representantes de las comunidades locales asentadas en la actual Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca y sus alrededores. Por primera vez, en los debates se incorporaron las dimensiones sociales, culturales y económicas vinculadas a la conservación de la especie, ubicándolas en primer plano y como elementos de atención prioritaria en las discusiones que hasta entonces habían sido predominantemente científicas y técnicas.

Esta conferencia crucial de hace 25 años se basó en décadas de trabajo científico en torno a la especie y su singular migración anual, y ayudó a colmar lagunas de conocimiento relacionadas con las interacciones entre la monarca, los seres humanos y los bosques. Por medio de mesas redondas en las que se discutieron temas clave, en el marco de procesos de búsqueda de consenso, los participantes acordaron una serie de 53 acciones prioritarias.

Con propuestas de acción tan variadas —desde el desarrollo de fuentes alternativas de combustible e ingresos para las comunidades que dependen directamente de los bosques y el establecimiento de programas de formación y capacitación permanente para los campesinos locales, hasta otras soluciones como el impulso de un programa de intercambio de estudiantes, la formulación de una estrategia de respaldo político de largo plazo y la creación de consejos nacionales en los tres países—, los participantes subrayaron que las acciones para proteger a la mariposa monarca son “responsabilidad compartida para los tres países de América del Norte”.

Una década más tarde, tales esfuerzos confluyeron y se consolidaron en la formulación del Plan de América del Norte para la conservación de la mariposa monarca de la CCA, publicado en 2008, que contribuyó a trazar el rumbo de las acciones de conservación de este lepidóptero en el subcontinente. En su momento, el plan identificó como objetivos principales: reducir o eliminar la deforestación en el hábitat de invernación; atender la pérdida, fragmentación y degradación de hábitats en la ruta migratoria y áreas de reproducción; fomentar modos de vida sustentables entre la población local, y realizar una labor permanente de monitoreo de la monarca.

Año con año, las iniciativas y acciones en favor de la conservación de la monarca han permitido ampliar nuestros conocimientos al respecto y han hecho más evidente el carácter urgente que reviste la protección de esta emblemática especie, la única mariposa de que se tiene registro con migraciones anuales similares a las de las aves en América del Norte. Los trabajos de investigación han ayudado a promover: el intercambio de datos para lograr un mayor entendimiento de la biología, el hábitat, las rutas migratorias y las vulnerabilidades de la monarca en todo el subcontinente; el involucramiento de entornos urbanos y líderes locales a través de la expansión de la iniciativa Alcaldes Comprometidos con la Mariposa Monarca (Mayors’ Monarch Pledge, en Canadá y Estados Unidos, y en México, “Mi Municipio con la Monarca”), que alienta a los alcaldes a participar en acciones locales orientadas a la protección de la especie; la difusión de un amplio conjunto de herramientas de divulgación, recursos y prácticas recomendadas; el compromiso y la participación a escala individual para ayudar a la conservación de la monarca, y la expansión de actividades participativas de ciencia ciudadana como la Iniciativa internacional de monitoreo “Blitz Monarca”, entre muchas otras actividades.

A pesar de estos esfuerzos colectivos, la mariposa monarca migratoria enfrenta nuevas y continuas amenazas, y se incluye ahora en la Lista Roja de especies en peligro de extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), dada la drástica disminución de sus poblaciones tanto oriental como occidental.

Con todo, la mariposa monarca migratoria perdura como símbolo excepcional del valor sin fronteras, transcultural y atemporal de la naturaleza.

A 25 años de realizada la Reunión de América del Norte sobre la Mariposa Monarca de 1997, hoy más que nunca es preciso que continúen los esfuerzos vitales de todos los habitantes de América del Norte que trabajan juntos en defensa de esta apreciada especie y de su milagrosa migración.

Monarchs pollinating

Acerca de la CCA

La Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) es una organización intergubernamental establecida en 1994 por Canadá, Estados Unidos y México en virtud del Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte (ACAAN), convenio paralelo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en materia de medio ambiente. A partir de 2020, con arreglo al nuevo Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), la CCA se rige por el también nuevo Acuerdo de Cooperación Ambiental (ACA), que la reconoce y establece los términos para continuar su funcionamiento. La CCA reúne a una amplia diversidad de interesados —incluidos el público en general, comunidades indígenas, jóvenes, organizaciones no gubernamentales, académicos y empresarios— en busca de soluciones para proteger el medio ambiente compartido de América del Norte y, al mismo tiempo, fomentar un desarrollo sustentable en la región en beneficio de las generaciones presentes y futuras.

La CCA está regida y financiada a partes iguales por los gobiernos de: Canadá, a través del ministerio federal de Medio Ambiente y Cambio Climático (Environment and Climate Change Canada, ECCC); los Estados Unidos de América, por medio de la Agencia de Protección Ambiental (Environmental Protection Agency, EPA), y los Estados Unidos Mexicanos, mediante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

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