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Comunicado de prensa

Presenta la CCA perfil ambiental del sector eléctrico de América del Norte

Montreal, 6/17/2002-Un nuevo informe del Secretariado de la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) analiza los impactos ambientales de un mercado subcontinental de la electricidad en crecimiento.

El informe –Retos y oportunidades ambientales en el dinámico mercado de electricidad de América del Norte– fue elaborado bajo la orientación de un consejo consultivo de expertos de Canadá, Estados Unidos y México. El Consejo Consultivo sobre Electricidad y Medio Ambiente recibió la encomienda de determinar cómo podrían los habitantes de América del Norte contar con un suministro asequible y abundante de electricidad sin poner en riesgo las metas ambientales y de salud. Y, en una serie de recomendaciones que acompañan al informe, el consejo consultivo sugiere la manera en que los socios del TLCAN pueden cooperar para asegurar que los ciudadanos de América del Norte reciban todos los beneficios económicos y ambientales derivados de un mercado eléctrico subcontinental integrado.

El Secretariado de la CCA impulsó el informe para explorar los retos y oportunidades ambientales del dinámico sector de la electricidad de América del Norte.

De todos los sectores industriales que presentaron informes de emisiones en 1999, por ejemplo, las centrales eléctricas de América del Norte informaron la mayor cantidad de emisiones tóxicas: más de 450,000 toneladas de contaminantes descargados en agua, tierra y aire. En Estados Unidos, el sector eléctrico es responsable de 25% de las emisiones al aire de óxidos de nitrógeno, 70% de dióxido de azufre, 25% de mercurio y 35% de dióxido de carbono. Los gobiernos del TLCAN estiman que, de 2000 a 2009, la demanda de electricidad crecerá 14% en Canadá, 66% en México y 21% en Estados Unidos.

En vista de estos importantes impactos, cada vez se presta mayor atención a proyectos de centrales eléctricas planeados para zonas cercanas a fronteras internacionales que puedan afectar el bienestar de la ciudadanía y el medio ambiente de países vecinos.

Philip Sharp, destacado investigador de la Universidad de Harvard, quien fuera durante diez periodos miembro del Congreso de Estados Unidos, presidió el grupo asesor independiente que dirigió el estudio y en consenso llegó a una serie de recomendaciones que se hicieron llegar a los responsables de las dependencias ambientales federales de los tres países del TLCAN.

Si bien el consejo consultivo reconoce que un mercado eléctrico integrado de América del Norte redunda en beneficios potenciales en términos de energía asequible y confiable, hace un llamado a los socios del TLCAN para respaldar: Redes de protección para proteger la salud humana y de los ecosistemas en América del Norte a medida que el mercado eléctrico se integra. Un mayor acceso de la ciudadanía a mejor información sobre contaminantes emitidos por centrales eléctricas, criterios para la ubicación de instalaciones y diferencias en las normas ambientales a través de las fronteras. Una mayor cooperación en América del Norte en la evaluación de los impactos ambientales en aire, tierra y agua provocados por la construcción de nuevas centrales eléctricas, incluidos tanto los impactos locales como los del transporte aéreo de contaminantes a grandes distancias. Un marco para desarrollar un régimen de canje de emisiones atmosféricas de América del Norte en materia de dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno, dos contaminantes que contribuyen a la generación de lluvia ácida y esmog. El desarrollo de un régimen de comercio de emisiones de carbono para atender el problema del cambio climático y promover la conservación de los bosques, la eficiencia energética y la energía renovable.

El consejo consultivo exhorta a los países del TLCAN a promover el desarrollo y utilización de energía renovable mediante mayores incentivos de mercado y financiamiento. Asimismo, destaca que las iniciativas en favor de la conservación y la eficiencia energética requieren de políticas de apoyo e incentivos adecuados que ayuden a atender las consideraciones sobre suministro de electricidad respetuosa del medio ambiente.

A fin de alcanzar tales metas, el consejo consultivo recomienda la creación de un fondo de América del Norte destinado a promover la adopción de la mejor tecnología de control disponible, medidas de eficiencia energética y conservación de energía en los países del TLCAN.

El informe es un producto del Secretariado de la CCA preparado en el marco del Artículo 13 del Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte (ACAAN), y no pretende reflejar los puntos de vista de las Partes firmantes de este Acuerdo. Por esa razón, los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México han hecho comentarios sobre el informe y sus conclusiones. Para tener acceso a los comentarios completos y al informe, así como a documentos de trabajo relacionados, consulte http://www.cec.org.

La Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) es una organización creada por Canadá, Estados Unidos y México para aumentar la cooperación entre los tres socios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en la instrumentación del ACAAN, convenio ambiental paralelo del TLCAN. La CCA se ocupa de los asuntos ambientales de preocupación subcontinental, con particular atención a los retos y las oportunidades ambientales derivados del libre comercio de la región.

Acerca de la CCA

La Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) es una organización intergubernamental establecida en 1994 por Canadá, Estados Unidos y México en virtud del Acuerdo de Cooperación Ambiental de América del Norte (ACAAN), convenio paralelo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en materia de medio ambiente. A partir de 2020, con arreglo al nuevo Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), la CCA se rige por el también nuevo Acuerdo de Cooperación Ambiental (ACA), que la reconoce y establece los términos para continuar su funcionamiento. La CCA reúne a una amplia diversidad de interesados —incluidos el público en general, comunidades indígenas, jóvenes, organizaciones no gubernamentales, académicos y empresarios— en busca de soluciones para proteger el medio ambiente compartido de América del Norte y, al mismo tiempo, fomentar un desarrollo sustentable en la región en beneficio de las generaciones presentes y futuras.

La CCA está regida y financiada a partes iguales por los gobiernos de: Canadá, a través del ministerio federal de Medio Ambiente y Cambio Climático (Environment and Climate Change Canada, ECCC); los Estados Unidos de América, por medio de la Agencia de Protección Ambiental (Environmental Protection Agency, EPA), y los Estados Unidos Mexicanos, mediante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

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